jueves, 17 de septiembre de 2009

Recuerdo haber sido jóven,

mas no recuerdo haberte conocido

no eres callada, eso lo sé, ya te había visto,

dicen que tus silencios paralizan el corazón

y tus miradas envenenan el alma.

Recuerdo ahora que tan ruidosa eras, 

de vez en cuando venías de sorpresa

a sacar todo de balance trayendo contigo tanto dolor y desesperación, tanto enojo y desolación.

Recuerdo ver tus pasos marcados con fuego

sobre mi piel, dejaste rastros de amargura

por todos los lugares por los que transitaste

con tu perfume de rosas barato y dulce.

Recuerdo que nadie se atrevía a mirarte 

a los ojos, todos con miedo de que al hacerlo

se encontrarían con el mismo diablo de pestañas

rizadas y labios rojos que sabían a muerte.

Recuerdo los encuentros, mas no recuerdo tus palabras.

Recuerdo tu nombre, mas no recuerdo tu rostro.

Recuerdo odiarte, mas no recuerdo por qué.

Recuerdo amarte, mas no recuerdo si tú a mi también.

Recuerdo haber sido jóven,

mas no recuerdo haberte temido,

tus unicas palabras reales a mi me las dijiste, 

dicen que eres la misma y que la vida no te cambió,

que aun te proclamas vencedora de dioses y demonios,

dueña de cielos e infiernos,

dicen que sigues siendo la misma, mas yo ya contigo no puedo andar,

oh juventud, como te extraño.

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